X


do ÂściÂągnięcia; pobieranie; pdf; download; ebook

[ Pobierz całość w formacie PDF ]

contaban. La coqueter�a y la petulancia de Morelli en este terreno no ten�an
l�mite.
Leyendo el libro, se ten�a por momentos la impresión de que Morelli hab�a
esperado que la acumulación de fragmentos cristalizara bruscamente en una
realidad total. Sin tener que inventar los puentes, o coser los diferentes
pedazos del tapiz, que de golpe hubiera ciudad, hubiera tapiz, hubiera
hombres y mujeres en la perspectiva absoluta de su devenir, y que Morelli, el
autor, fuese el primer espectador maravillado de ese mundo que ingresaba en
la coherencia.
Pero no hab�a que fiarse, porque coherencia quer�a decir en el fondo
asimilación al espacio y al tiempo, ordenación a gusto del lector-hembra.
Morelli no hubiera consentido en eso, m�s bien parec�a buscar una
cristalización que, sin alterar el desorden en que circulaban los cuerpos de
su peque�o sistema planetario, permitiera la comprensión ubicua y total de
sus razones de ser, fueran �stas el desorden mismo, la inanidad o la
gratuidad. Una cristalización en la que nada quedara subsumido, pero donde un
ojo l�cido pudiese asomarse al calidoscopio y entender la gran rosa
policroma, entenderla como una figura, imago mundis que por fuera del
calidoscopio se resolv�a en living room de estilo provenzal, o concierto de
t�as tomando t� con galletitas Bagley.
(-27)
277
110
110
El sue�o estaba compuesto como una torre formada por capas sin fin que se
alzaran y se perdieran en el infinito, o bajaran en c�rculos perdi�ndose en
las entra�as de la tierra. Cuando me arrastró en sus ondas la espiral
comenzó, y esa espiral era un laberinto. No hab�a ni techo ni fondo, ni
paredes ni regreso. Pero hab�a temas que se repet�an con exactitud.
ANA�S NIN, Winter of Artifice.
(-48)
278
111
111
Esta narración se la hizo su protagonista, Ivonne Guitry, a Nicol�s D�az,
amigo de Gardel en Bogot�.
�Mi familia pertenec�a a la clase intelectual h�ngara. Mi madre era
directora de un seminario femenino donde se educaba la �lite de una ciudad
famosa cuyo nombre no quiero decirle. Cuando llegó la �poca turbia de la
posguerra, con el desquiciamiento de tronos, clases sociales y fortunas, yo
no sab�a qu� rumbo tomar en la vida. Mi familia quedó sin fortuna, v�ctima de
las fronteras del Trianón (sic) como otros miles y miles. Mi belleza, mi
juventud y mi educación no me permit�an convertirme en una humilde
dactilógrafa. Surgió entonces en mi vida el pr�ncipe encantador, un
aristócrata del alto mundo cosmopolita, de los resorts europeos. Me cas� con
�l con toda la ilusión de la juventud, a pesar de la oposición de mi familia,
por ser yo tan joven y �l extranjero.
Viaje de bodas. Par�s, Niza, Capri. Luego, el fracaso de la ilusión. No
sab�a adónde ir ni osaba contar a mis gentes la tragedia de mi matrimonio. Un
marido que jam�s podr�a hacerme madre. Ya tengo diecis�is a�os y viajo como
una peregrina sin rumbo, tratando de disipar mi pena. Egipto, Java, Japón, el
Celeste Imperio, todo el Lejano Oriente, en un carnaval de champagne y de
falsa alegr�a, con el alma rota.
Corren los a�os. En 1927 nos radicamos definitivamente en la C�te d Azur.
Yo soy una mujer de alto mundo y la sociedad cosmopolita de los casinos, de
los dancings, de las pistas h�picas, me rinde pleites�a.
Un bello d�a de verano tom� una resolución definitiva: la separación. Toda
la naturaleza estaba en flor: el mar, el cielo, los campos se abr�an en una
canción de amor y festejaban la juventud.
La fiesta de las mimosas en Cannes, el carnaval florido de Niza, la
primavera sonriente de Par�s. As� abandon� hogar, lujo y riquezas, y me fui
sola hacia el mundo...
Ten�a entonces dieciocho a�os y viv�a sola en Par�s, sin rumbo definido.
Par�s de 1928. Par�s de las org�as y el derroche de champ�n. Par�s de los
francos sin valor. Par�s, para�so del extranjero. Impregnado de yanquis y
sudamericanos, peque�os reyes del oro. Par�s de 1928, donde cada d�a nac�a un
nuevo cabaret, una nueva sensación que hiciese aflojar la bolsa al
extranjero.
Dieciocho a�os, rubia, ojos azules. Sola en Par�s.
Para suavizar mi desgracia me entregu� de lleno a los placeres. En los
cabarets llamaba la atención porque siempre iba sola, a derrochar champa�a
con los bailarines y propinas fabulosas a los sirvientes. No ten�a noción del
valor del dinero.
Alguna vez, uno de aquellos elementos que me rodean siempre en aquel
ambiente cosmopolita, descubre mi pena secreta y me recomienda el remedio [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • autonaprawa.keep.pl
  • Cytat

    Dawniej młodzi mężczyźni szukali sobie żon. Teraz wyszukują sobie teściów. Diana Webster

    Meta

    Drogi użytkowniku!

    W trosce o komfort korzystania z naszego serwisu chcemy dostarczać Ci coraz lepsze usługi. By móc to robić prosimy, abyś wyraził zgodę na dopasowanie treści marketingowych do Twoich zachowań w serwisie. Zgoda ta pozwoli nam częściowo finansować rozwój świadczonych usług.

    Pamiętaj, że dbamy o Twoją prywatność. Nie zwiększamy zakresu naszych uprawnień bez Twojej zgody. Zadbamy również o bezpieczeństwo Twoich danych. Wyrażoną zgodę możesz cofnąć w każdej chwili.

     Tak, zgadzam się na nadanie mi "cookie" i korzystanie z danych przez Administratora Serwisu i jego partnerów w celu dopasowania treści do moich potrzeb. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

     Tak, zgadzam się na przetwarzanie moich danych osobowych przez Administratora Serwisu i jego partnerów w celu personalizowania wyświetlanych mi reklam i dostosowania do mnie prezentowanych treści marketingowych. Przeczytałem(am) Politykę prywatności. Rozumiem ją i akceptuję.

    Wyrażenie powyższych zgód jest dobrowolne i możesz je w dowolnym momencie wycofać poprzez opcję: "Twoje zgody", dostępnej w prawym, dolnym rogu strony lub poprzez usunięcie "cookies" w swojej przeglądarce dla powyżej strony, z tym, że wycofanie zgody nie będzie miało wpływu na zgodność z prawem przetwarzania na podstawie zgody, przed jej wycofaniem.