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Por lo visto, mi arquitecto haba efectuado economas al emplear los materiales de
construcción.
El combate se iba acercando, por lo que oa, hacia la parte sur de la casa.
Probablemente el bosque estara lleno de soldados. La nica posibilidad de salvación
pareca hallarse en el lugar donde tena amarradas mis embarcaciones. Tendra que
zarpar ante la nariz de mis perseguidores. Pero si consegua una buena distancia de
arranque, podra llegar al continente a salvo.
El tnel estaba a oscuras, lo cual no me molestó. Corra directo hacia mi embarcadero
particular. Escuch unos instantes: todo estaba tranquilo. Abr la puerta y me deslic por
una rampa. Llegu al embarcadero. Di la vuelta y tuve que aplastarme contra el suelo. Un
rifle acababa de ladrar, enviando un proyectil junto a mi cabeza. Me sumerg, tres
brazadas me llevaron bajo la puerta de entrada al embarcadero.
Tena que desprenderme de la chaqueta, y lo consegu sin perder brazas. Llevaba el
cilindro de Foster encajado en los pantalones. Tena que nadar sumergido para
mantenerme invisible a los ojos de mis enemigos. El pecho pareca a punto de reventar y
tena todo el cuerpo dolorido. Not que mi conciencia se desvaneca, pero di an otra
brazada...
"Desde cierta distancia observ los titnicos esfuerzos del nadador, de aquella pobre
criatura...
"Se notaba que se necesitaba una reparación del sistema autonómico. Con presteza
activ la zona omicrona cortical, reajust el flujo sanguneo, extraje una fuente de oxgeno
de emergencia de las grasas acumuladas, gastando la energa necesaria; a fin de aliviar
las trabas moleculares.
"Ahora, con el cuerpo. alimentado por fuentes internas, capaz para seiscientos
segundos en la mxima demanda, estimul las zonas psilon y mu. Llev toda la energa
de la supervivencia a los complejos msculos, increment la fuerza de la resistencia del
esqueleto y elimin el desgaste.
"El cuerpo se deslizó por el agua con la gracia fluida de un habitante de los mares..."
Flot de espaldas, respirando grandes bocanadas de aire fresco, y parpadeando ante
el rojizo firmamento. Haba estado bajo el agua, ahogndome, a unas pocas yardas de la
playa. Entonces haba odo como una voz, dicindome qu tena que hacer. De toda la
sabidura extrada de la nave valloniana, yo asimilaba cuanto necesitaba. Y ahora me
hallaba a media milla de la costa, cansado pero intacto. Bien, no era el momento de
pensar en milagros...
Alc mi cabeza y mir hacia la casa. De los ventanales surga una columna de humo.
Un hombre saltó por una ventana, como empujado, cayendo al suelo. Unos segundos
ms tarde, o el disparo. No haba actividad visible al borde del agua. El fusilero haba
desaparecido. Probablemente haba credo matarme, especialmente si haba observado
la sangre en el agua.
Me acord de los tiburones, No haba odo comentar su presencia en la vecindad, pero
unas gotas de sangre bastan para atraerles. Gir la cabeza y estudi la herida del
hombro. No era grave. Al mismo tiempo divis mi casa envuelta en llamas. Tena que
pensar nicamente en la forma de llegar al continente.
Estaba destrozado. No haba comido en todo) el da. Bien, al menos no tena dolores
de estómago mientras iba dando vueltas a la isla. Tan pronto llegase al continente me
zampara el mayor de los bistecs conocidos.
Mir a mi casa por ltima vez. Las llamas laman a sus muros interiores. Mis enemigos
se haban puesto de acuerdo en una cosa: en llevar a cabo su obra destructora. Haba
sido un sitio muy agradable, y lo echara de menos. Algn da, alguien tendra que pagar
por ello.
XI
Estaba sentado ya a la mesa del apartamento de margarita en Lima, mientras la joven
me serva la taza de caf. Le haba contado todo lo ocurrido y le haba dado las oportunas
órdenes para que se al Banco a sacar unas monedas, digamos cien dólares. Luego le
haba pedido que me com un traje decente, zapatos, camisa...
Yo me tumbar en cama. Si cuando vuelvas a alguien rondando por ah fuera, no
subas.
Llmame y me reunir contigo.
Y luego adónde irs?
Al aeropuerto. No creo que hayan cursado la arma. Hasta ahora todo se ha llevado
en el mayor secreto.
Bien, duerme y no te preocupes. El Banco an tardar unas horas en abrir me dijo
Margarita . Yo me cuidar de todo.
Pas al dormitorio y no tard en quedarme completamente dormido.
Supe que no estaba solo tan pronto como abr los ojos. No haba odo nada, pero sent
una presencia en la habitación. Me incorpor lentamente, an adormilado.
El tipo estaba sentado en una silla junto a la ventana. Era un muchacho ordinario,
ataviado con un traje tropical y un cigarrillo apagado en su boca.
Adelante, puede fumar, no me importa le invit.
Gracias dijo con voz untosa. Sacó un encendedor del bolsillo y procedió a aplicar
la llama al cigarrillo.
Me sent completamente despejado. Mi visitante efectuó un movimiento y en su mano
apareció, en vez del encendedor, un pequeo revólver.
Se equivoca, amigo le dije . No muerdo.
Ser mejor que no haga movimientos rpidos, mister Legión me advirtió el otro.
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