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esas alturas.
- �Supongo que no le gustó?
- No, se�or, no me gustó - continuó Marlowe mientras mord�a otro trozo de tostada -.
Yo estaba demasiado cerca de la base de la jerarqu�a para que me gustara. Adem�s
nunca pude saber qu� ocurr�a fuera de mi propia sección. La pol�tica era mantener todo
en compartimientos estancos. En inter�s de la seguridad, seg�n ellos, en inter�s de la
ineficacia, creo yo. Bueno, como puede imaginarse la cosa no me gustó. No es mi manera
de encarar un problema. De manera que empec� a trabajar para conseguir que me
transfirieran, una transferencia a esta función de esto lado. Se me ocurr�a que las cosas
se iban a hacer mejor aqu�. Y veo que ten�a razón - a�adió mientras se serv�a otra
tostada. Adem�s de pronto tuve nostalgias de un poco de pasto verde. Cuando ocurre eso
no hay que dejarlo de lado.
- Todo eso est� muy bien, Geoff, pero no explica la manera en que se libró de esa
formidable organización.
- Pura suerte - respondió Marlowe -. En Washington se les ocurrió que quiz� ustedes
no nos trasmit�an toda la información que ten�an. Y como yo dej� saber que aceptar�a una
transferencia me enviaron aqu� como esp�a. Aqu� es donde entra la traición.
- �Quiere decir que se supone que usted va a comunicar cualquier cosa que nosotros
podamos estar ocultando?
- Esa es exactamente la situación. Y ahora que sabe por qu� estoy, aqu�, �me va a
permitir que me quede o me va a echar?
- La regla es que todos los que vienen a Nortonstowe se quedan. No dejamos salir a
nadie.
- �Entonces puede venir Mary tambi�n? Ha estado comprando algunas cosas en
Londres. Pero estar� aqu� ma�ana a alguna hora.
- Estar� muy bien. Este lugar es grande. Tenemos muchas habitaciones. Ser� un
placer tener aqu� a la se�ora Marlowe. Para serle franco, hay una cantidad de trabajo por
hacer y demasiado pocas personas para hacerlo.
- �Y quiz� yo pueda enviar ocasionalmente algunas migajas de información a
Washington para que se queden contentos?
- Puede mandarles lo que se le ocurra. Encuentro que cuanto m�s cosas les digo a los
pol�ticos m�s se deprimen. De manera que nuestra pol�tica es decirles todo. Aqu� no se
guarda ning�n secreto. Usted puede mandar cualquier cosa que se le ocurra por la l�nea
de radio directa a Washington. Empezó a funcionar hace una semana.
- En ese caso usted puede hacerme un relato de lo que ha estado ocurriendo por este
lado. Personalmente s� muy poco m�s de lo que sab�a cuando hablamos en el desierto
de Mohave. Yo hice algo pero no es trabajo óptico lo que se necesita ahora. Para el oto�o
podremos hacer algo. Pero �ste es un trabajo para los muchachos del radio, como creo
que hab�amos convenido.
- As� es. Yo puse en movimiento a John Marlborough en cuanto volv� a Cambridge en
enero. Tuve que persuadirlo de que comenzara el trabajo porque no le dije la verdadera
razón para hacerlo antes de empezar, aunque ahora por supuesto la conoce. Bueno,
conseguimos medir la temperatura de la Nube. Est� un poco por encima de los noventa y
cinco grados, por supuesto que noventa y cinco absolutos.
- Eso es bastante bueno. Alrededor de lo que esper�bamos. Un poco fr�o, pero posible.
- En realidad es mejor de lo que parece. Pues a medida que se aproxima al Sol deben
desarrollarse movimientos en el interior de la Nube. Mis primeros c�lculos demostraron
que el aumento de temperatura podr�a ser algo as� como el cincuenta o cien por ciento
llegando en total a una temperatura alrededor del punto de congelación. De manera que
parec�a que �bamos a tener una temporada de hielos y nada m�s.
- No pod�a ser mejor.
- Es lo que pens� en ese momento. Pero como no soy un experto en din�mica de
gases le escrib� a Alexandrov.
- Mi Dios, es algo arriesgado eso de escribir a Mosc�.
- No lo creo. El problema podr�a plantearse en forma totalmente acad�mica. Y no hay
nadie mejor que Alexandrov para resolverlo. De cualquier modo conseguimos que lo
mandaran aqu�. Consideran que esto es el mejor campo de concentración del mundo.
- Veo que todav�a hay muchas cosas que no s�. Siga.
- En ese momento, todav�a en enero, sent�a que yo estaba jugando bien mis cartas. De
manera que decid� jugarles una buena pasada a las autoridades pol�ticas. Advert� las dos
cosas que los pol�ticos tienen que tener a cualquier precio: información cient�fica y
secreto. Decid� darles las dos cosas, en mis propias condiciones, las que usted ve a su
alrededor aqu� en Nortonstowe.
- Ya veo, un lugar agradable para vivir, ning�n militar que moleste, ning�n secreto.
�Cómo se reclutó el equipo?
- Simplemente mediante indiscreciones en los sitios adecuados, como la carta a
Alexandrov. �Qu� m�s natural que traer aqu� cualquiera que pudiera haber sabido algo
por m�? Hice una sucia trampa que todav�a tengo sobre mi conciencia. Tarde o temprano
se va a encontrar con una muchacha encantadora que toca muy bien el piano. Encontrar�
un pintor, un historiador, otro m�sico. Me pareció que el encarcelamiento en Nortonstowe
durante m�s de un a�o iba a ser completamente intolerable si hab�a sólo hombres de
ciencia. De manera que dispuse las indiscreciones apropiadas.
No diga una sola palabra de esto, Geoff. Creo que estaba justificado considerando las
circunstancias. Pero es mejor que no sepan que yo fui deliberadamente responsable de
que ellos fueran enviados aqu�. Usted sabe, �ojos que no ven, corazón que no siente�.
- �Y qu� hay de la cueva de que hablaba cuando est�bamos en el Mohave? Supongo
que tambi�n habr� dispuesto eso.
- Por supuesto. Es probable que todav�a no lo haya visto, pero en aquel lugar, justo al
pie de la colina, hay una gran cantidad de maquinaria para remover tierra que est�
trabajando. - �Qui�n se ocupa de eso?
- Los tipos que viven all� abajo en el nuevo establecimiento.
- �Y qui�n maneja la casa aqu�, cocina, etc? - Las mujeres de all�, y las muchachas
hacen el trabajo de secretar�a.
- �Qu� pasar� con ellos cuando las cosas se pongan dif�ciles?
- Se meten en el refugio, por supuesto. Quiere decir que el refugio tiene que ser
bastante m�s grande de lo que yo hab�a pensado al principio. Por eso empezamos a
trabajar con tanta anticipación.
- Bueno, Chris, me parece que usted ha dispuesto las cosas bastante bien para usted.
Pero no veo de qu� manera ha conseguido desembarazarse de los pol�ticos. Despu�s de
todo nos tienen a todos encerrados aqu� y por lo que me dijo hace un rato consiguen toda
la información que usted les puede dar. De manera que las cosas parecen bastante
suaves tambi�n para ellos. - D�jeme decirle la forma en que vi las cosas en enero y
febrero. En febrero planeaba tomar el control de los asuntos mundiales. Marlowe se rió.
- Oh, ya s� que suena rid�culo y. melodram�tico. Pero estoy hablando en serio. Y
tampoco estoy sufriendo de megaloman�a. Por lo menos no pienso eso. Era sólo por un
mes o dos, despu�s de lo cual me retirar�a graciosamente a mi trabajo cient�fico. No tengo
tela para ser dictador. En realidad me siento cómodo sólo cuando me explotan. Pero �sta
era una oportunidad del cielo para que los oprimidos les quit�ramos una buena parte a los
que siempre nos acosan.
- Viviendo en esta casa usted es la verdadera imagen del explotado - dijo Marlowe, [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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    Dawniej młodzi mężczyźni szukali sobie żon. Teraz wyszukują sobie teściów. Diana Webster

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